JORGE ELIEZER CARVAJAL
Jorge Carvajal montando la muy recordada mula Canela |
Nació don Jorge Carvajal el
21 de marzo de 1948 en el Cañón de la Esmeralda, por San Jorge. Cuenta con 70
años de edad. Sus abuelos vivieron y murieron en San Jorge. Siempre ha tenido
deseos de visitar su lugar de nacimiento pero nunca ha tenido la oportunidad.
Casi toda su vida la ha
vivido acá en el municipio de Peque, solo en el desplazamiento que vivió el
municipio en el año 2001, se ausentó durante 5 años. Un año lo vivió en
Medellín y de allí partió para el Corregimiento de Saiza, municipio de
Tierralta, Córdoba. Nuevamente la violencia lo hizo desplazar de Saiza. “Otra vez pa´ Carepa. Ahí estuvimos un
tiempecito mientras recogíamos las cositas y entregábamos el ganado”,
recuerda.
Don Jorge es hijo de doña
Carmen Emilia Carvajal e hijo de crianza de Antonio José Valle, más conocido
como el “Mono Valle”. Tuvo dos hermanos menores, ya fallecidos, por parte de su
madre. Su hermano Bernardo murió en El Tres, Turbo, asesinado por los
paramilitares en 1990. El otro hermano, Antonio José, falleció en Dabeiba hace
tres años. “Él bebía mucho aguardiente, y
fumaba mucho. Y eso le dio cirrosis y eso se lo llevó”, agrega.
Antonio José y Carmen Emilia, padres de Jorge Carvajal |
OCUPACIONES Y OFICIOS
Guardían
de la cárcel municipal
Fue Jorge Carvajal
“guardián” de la cárcel municipal durante cinco años. “pues ahí trabajaba uno, se ganaba el mínimo, la comidita. Hasta me tocó
algunos días con don Aquilino y Miro Torres”. En aquellos tiempos era mucha
la gente, por peliona, que se hacían meter a la cárcel. “Yo me acuerdo una vez que metieron a Perrunga porque le metió un
botellazo a Zumbambico, hijo de Pedro Jaramillo, muy mencionado en la
violencia. Los metieron juntos a la cárcel y como a los dos o tres días sacaron
a Zumbambico pal hospital pa´ safale los puntos, y eso le dolió mucho y bajó
que chillaba, y Perrunga que gozaba (…) a Perrunga le gustaba mucho la pelea.
Fue el que le dañó también un ojo a Abdián, el de San Juliancito”, comenta.
Aunque la administración de
ese entonces dotaba con revólver Colt Caballo al guardián de la cárcel, don
Jorge nunca se vio en la necesidad de usarlo. “Con ese revólver mató un hijo de Nena Rivera, Sigifredo Rivera, a un
viejito que metieron a la cárcel y se fue a volar, le metió un tiro por la
espalda. Esas mujeres nacieron vendiendo guarapo en la casa de Abraham Londoño”,
recuerda.
Entrenador
y comerciante de mulas y caballos
En un pueblo de geografía
montañosa con un 90% de la población campesina, la mula y el caballo han jugado
un rol importante en el desarrollo del municipio. Hasta hace poco, antes que la
mula fuese reemplazada por las motos y los vehículos, en el casco urbano del
pueblo, junto a las tiendas de abarrotes y compras de grano, llegaban las mulas
cargadas de café, fríjol y otros frutos del campo. De estos sitios partían con panela,
arroz, aceite, papa, chocolate, sal y galletas para las veredas y
corregimientos. La melaza, el salvado y el campeón eran el combustible que
movía los motores de estos animales.
En el video, Jorge entrenando uno de sus caballos
“En mi vida me he dedicado más que todo al negocio de los animales,
bestias. Yo tuve una mula del burro de Guayabal, la compré de 25 meses y apenas
le habían pegado como dos ensilladas. La compré y la seguí yo, y la saqué
adelante, y la vendí en ocho millones de pesos. Llamaba La Canela. Esa mula la
amansé y a los 29 meses la vendí pa´ Medellín (…) Conseguía un tabrete y le
decía, Canela, súbase aquí, y esa ahí mismo encaramaba las manos en el tabrete.
Le decía, Canela, deme un pico, y estiraba la jeta pa´dame un pico”,
comenta.
Como todo bien preciado por
las personas, los animales, según su propósito, tienen cualidades. Una mula,
que en el criterio y conocimiento general se considera “fina” tiene estas
características: “por la mansedumbre, el
paso. Lo dócil la mula, lo briosa la mula y mansita para todo. El animal de
acuerdo al montador se va adiestrando”.
Foto de la cédula de Jorge Carvajal |
Sucedió el caso que Jorge
Carvajal montaba la mula de un señor de Sabanalarga. El señor se comprometió a
dar el cuido para el semoviente. Transcurrieron tres meses y el dueño solo
envió dos bultos de cuido. El montador, Jorge, tuvo que hacerse cargo del cuido
de la mula, tarea un poco difícil para él. Le envió la mula a su dueño en
Sabanalarga. El dueño se enojó mucho porque le fue enviada su bestia y por su
descontento no pagó la montada. Antes de enviar la mula, Jorge le ofreció 5
millones por ella. El dueño no aceptó la oferta, pero ya en sus manos la vendió
en cuatro millones y medio. Lo que no sabía su dueño era que por el suroeste
ofrecían hasta ocho millones de pesos por ella.
Muchas han sido las bestias
montadas, o más bien entrenadas en el paso fino, por Jorge. Las ha amansado y
las ha enviado vendidas para Medellín, Urabá, Ituango, Santa Rita “He vendido mucha mula pa´mucha parte. A veces me llaman y me preguntan
¿qué tiene? Si tengo alguna mula de silla les digo, tengo una mula de silla.
Les mando un video, ellos la ven. Si se animan la vemos, o me piden garantías,
yo se las doy. Que no tenga resabios; si tiene resabios, hay que decile al
cliente. Al uno vender un animal que el otro no esté viendo, debe uno decile
las condiciones que tiene el animal”.
Las redes sociales se han
convertido en un gran aliado para los criadores y comerciantes de semovientes
como Jorge Carvajal. El interesado en un semoviente mular o caballar puede
pedir a su dueño las fotos o el video de los animales.
Jorge: Hombe, le mandé el
video de la mula a Pablito. Le gustó mucho
Amigo: ¿Le gustó mucho? ¿Qué
dijo?
Jorge: Me exigieron que les
mandara un video de la mula sin silla
Amigo: Ahh, desensillada.
Jorge: desensillada. Que es
pa´un señor ya de edad. Vea este de Rodriguito.
Amigo: ¿Hijo de este?
–señalando al burro.
Jorge: Hijo de este.
Amigo: La yegua es mora,
¿cierto?
Jorge:
La yegua es guacharaca.
Jorge, en la pasión de su vida: los caballos. |
Desde la edad de 12 años
viene don Jorge criando y negociando con animales. Se inició con un marrano que
le regaló su madre y se compró su primera muleta. A esta actividad le agradece
mucho ya que con ella ha criado a sus hijos. “En el momento tengo un potro,´ta de 15 meses, hijo de un caballo, de
los caballos mejores de aquí de Colombia. Hijo de Predigio de Maria Rosa. En el
YouTube, lo ve. Encuéntrelo, búsquelo, pa´que vea la calidad de caballo. Yo
compré ese potro en San Pedro de Los Milagros con la yegua. Me lo vendieron
porque el potro nació torcidito la nariz. (…) Lo tengo por allá por La Vega. Lo
tengo pa´ reproductor. El mero semen de ese caballo –Predigio- vale 3 millones
de pesos”, afirma.
Jorge Carvajal también compra
bestias fuera de servicio, aquellos animales que llevaron durante años en sus
lomos a personas o carga. A diferencia del trabajador colombiano que se
pensiona, la bestia vieja, renombrada como “güelengue”, tiene otra suerte, y
ella depende de su dueño. Pocos optan por dejar estos animales en sus potreros
hasta que mueran. La mayoría las venden a particulares que las llevan a la
ciudad de Medellín. Jorge sostiene que estas bestias son sacrificadas para el
consumo de su carne.
Su hijo Ronald montando la mula Canela |
En cuanto al mercadeo de
estos güelengues en Medellín, Jorge Carvajal asegura: “vea, usted llega a Medellín con un viaje de güelengues, y vea, a cómo,
a tanto le pago, ahí mismo. En cambio un viaje de ganao, descárguelo,
entrégueselo al comisionista, el comisionista lo vende con ocho días de plazo,
y espere la plata. Y los güelengues se
la pagan a uno ahí mismo. Que le parece, un kilo de carne en Medellín vale por
ahí 18 mil pesos, más o menos. Y un kilo de carne de mula o de caballo vale por
ahí cinco o seis mil pesos. Entonces ahí mucha diferiencia pa´ llevar alguna
cosa pa´ la casa (…) Más blandita la de caballo, así estén viejos todos dos.
Pero la de mula si es dura”.
Concejal
del municipio
Con solo tres años de
escolaridad, Jorge Carvajal, por los años 80, fue concejal del municipio. Uno
de los proyectos significativos aprobados por el Concejo de este tiempo (entre
otros, estaban Jaime Graciano, Miguel Higuita, Donaido Valle) fue el de un
préstamo ante el IDEA por diez millones para electrificar a San Miguel y Santa
Agueda. “Aprobamos el proyecto de las
piscinas, aunque después de haberlo aprobado reconocimos que habíamos cometido
un error, porque primero debiéramos de haber montado la planta de tratamiento
de agua. Pero el señor alcalde, con muchas ganas de ir primero a lo de las
piscinas, el hombre no quiso echar pa´tras. Tampoco le aprobamos a él un carro
para él andar, un préstamo al IDEA por 40 millones de pesos. Endeudar al
municipio por 40 millones de pesos”, recuerda.
Descanso de un domingo en la tarde |
Otro proyecto novedoso para
la época fue la adquisición de un caballo “pura sangre”. En sus palabras lo
recuerda así: “habíamos hablado de un
caballo de silla. Yo propuse que era mejor un caballo pura sangre para
enrazarlo con las lleguas de los campesinos aquí en esta zona porque esos
caballos son muy resistentes al trabajo, son caballos muy grandes, caballos
solo pa´trabajo. Entonces en vista de mejorale la bestia a los campesinos, le
dimos esa insinuación al señor alcalde, Omar. Y sucede que, Omar, fue y compró
el caballo pura sangre pero no estaba financio para pagalo. No tenía la plata
pa´pagalo. Y sucedió que él iba a sacar plata de educación para pagar ese
caballo, y no se podía. Entonces nosotros le dijimos: de esa plata de educación
no se puede sacar pa´pagar ese caballo. Eran como cinco millones de pesos.
Entonces le tocó al hombre devolver ese caballo. A ese caballo no se le cogió
ni una cría aquí. Y tuvo por ahí como tres o cuatro meses ese caballo aquí. El
dueño lo recibió pero se le tuvo que pagar el quite”.
Carnicero
Jorge Carvajal fue carnicero
durante ocho años. En aquellos tiempos la carne se envolvía en hoja de biao.
Recuerda que uno de los que más bajaba hojas de biao para las carnicerías era Sigifredo
Oliveros. Los paquetes de hoja venían por docenas. Del corregimiento Los Llanos
también bajaban mucha hoja de biao. Como
en ese entonces no había enfriadores ni cavas, la carne tenía que salarse. Así
salada duraba hasta ocho días.
Hojas de biao. Usada, décadas atrás, por los carniceros para envolver la carne |
El ganado para el sacrificio
se lo compraba al señor Juan Guerra. También compraba mucho ganado en otros
lugares, en varias veredas en compaña con Manuel Rivera. “Un día me dijo Juan: hombe, andá subí arriba pa´ que me compres una
vacas que tengo. Tengo cuatro vacas ahí. Yo tenía una soga muy buena,
delgadita, colgada del cacho, me la había cortado un señor, don Isidro en
Cañasgordas (un cortador de rejos muy bueno). Y era un rejo delgadito, por ahí
de unas 45 varas. Y al Negro le gustaba mucho ese rejo. Él, cada rato: ¿hombe,
cuánto vale ese rejo? No, lo necesito. Entonces llega un día, cuando fui a vele
las vacas a Juan Guerra: Jorge, cuánto vale esa mula con silla y todo, con
espuelas y todo. Y ahí estaba pegao ese rejo. Y, ¿cuánto me vas a dar por el
toro? Hombe, le vendí la mula aviada y le compré el toro. Le dije yo al negro y
a él: ese negocio Juan, fue por quitamen el rejo. Apenas se reía el viejo Juan
Guerra. A los ocho días le entregué aquí la silla con todo y rejo”.
Con
gran aprecio recuerda Jorge Carvajal a Juan Guerra. Sostiene que el afecto que
le tenía Juan era como el de un hijo. Le dijo que la Finca el Poal la tenía
empastadita y se la ofreció para que echara unos terneros en ella. “Me hizo un cheque en blanco y me fui. Por
allá, me fui pa´ Cestillal, un señor Ricardo Pereira, y llamé a Juan.
Jorge: Juan, yo compré aquí
50 terneros a Ricardo Pereira
Juan: Ahh. No, dígale que
esté tranquilo, que vaya por la platica a Medellín que está allá”.
El ganado estuvo en El Poal
hasta que Juan murió. Luego de lo cual debió liquidarse con la familia del
fallecido.
Familia
Luego de un año de noviazgo, y superando la antipatía de su suegro -que era viudo- y algunas cuñadas por la relación, Jorge Carvajal contrae nupcias con doña Ruth Giraldo Rodríguez, hermana de doña Lilian Giraldo. "La única que no se metía, tampoco le decía nada a ella, era Gloria, una hermana de ella. Pero Amanda si la regañaba diario que estaba por ahí hablando con migo", sostiene. Contra viento y marea Jorge y Ruth se casan, tienen cuatro hijos: Milton, Edwin Oswaldo, Nixon y Ronald. Nixon fue asesinado en el municipio de Bello en 1997.
Jorge y su esposa Ruth |
En extrañas circunstancias, Edwin falleció un día viernes de 1990. Sin orden de detención, la policía cogió a Edwin y a un primo por los lados de Tejelo, Medellín. Los subieron a la patrulla y aparecieron muertos por los puentes de la Avenida San Juan, por los lados de la Alpujarra. Luego de muchos años, Jorge, por versiones de un paisano que se desempeñaba como celador del edificio de la gobernación conoce un posible detalle del suceso: "(...) la muerte de esos muchachos, ellos gritaban auxilio y habían dos camionetas de la policía ahí. Nosotros nos fuimos a asomar. Ellos oyeron los lamentos y fueron a asomarse entonces la policía hizo unos tiros. Ellos tuvieron que retirarse. Eso fue por ahí a las once de la noche". Falleció Edwin con un contrato laboral firmado con Edatel, en su poder. Empezaría labores el lunes siguiente a su muerte en el municipio de Dabeiba.
Aunque se ha reducido
considerablemente el uso de semovientes para el transporte y la carga en el
municipio de Peque en los últimos 12 años, el gusto por los caballos no acabará
y estarán ahí recordándonos a los humanos que antes que los carros de combate,
los aviones de caza y los navíos de guerra, los reinos en el pasado se
conquistaron con los caballos. Y, ahí está Jorge Carvajal, reviviendo esa
relación permanente entre la grandeza de los hombres y la opulencia de los
caballos.
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